La Fundación Magtel y su compromiso social

La Responsabilidad Social Corporativa ha avanzado de forma extraordinaria en los últimos años incorporando cada vez más objetivos en aras de estrechar las relaciones de las empresas y las organizaciones con su entorno, y, especialmente, las internas con las personas que forman parte de ellas.

Esos avances se han ido produciendo, además, en torno al “propósito”, como fin último de la actividad empresarial e institucional, dirigido al entorno y a las personas. Un propósito entendido como la misión que guía a las empresas y las organizaciones, la visión que las inspira y los valores que acompañan a esa inspiración.

La misión que suele guiar a las empresas sigue siendo la misma de siempre, crear riqueza y empleo, pero no a cualquier precio, sino de manera responsable y sostenible hacia el exterior y el interior. La visión que las inspira se ha hecho mucho más “humana” en el sentido de entender que el papel de las empresas y las personas que las forman contribuyen a cohesionar y mejorar la sociedad. Y, finalmente, los valores, desde la promoción de la igualdad hasta la sensibilidad medioambiental, distinguen sus actitudes tanto públicas, con su componente reputacional, como internas, en lo que representa el día a día de su actividad.

Actualizar nuestras ideas

Esta reflexión previa es indispensable para “actualizar” nuestras ideas sobre la responsabilidad social corporativa y su proyección futura, que vistas desde el punto de vista de la Fundación Magtel, tratan de mirar al futuro y valorar la mejor aportación que las empresas pueden hacer para que su entorno y las personas que forman parte de ellas, en nuestro caso de nuestro grupo empresarial.

En la Fundación Magtel llevamos más de diez años trabajando para trasladar nuestros recursos y apoyo a los colectivos más desfavorecidos a través de nuestros programas, que giran sobre cuatro ejes: acción social, cooperación al desarrollo, la empleabilidad para las personas en situación de vulnerabilidad y la innovación social. Y lo hacemos bajo la guía de nuestros planes estratégicos, que marcan nuestros objetivos fundamentales. En la actualidad, estamos desarrollando el cuarto plan estratégico que se prolongará hasta 2025, y que sigue incidiendo en el impulso de proyectos y actividades en el marco de los cuatro ejes citados.

Sin embargo, y siguiendo con la reflexión inicial, desde la Fundación nos hemos propuesto dar mayor espacio a nuestros ejes tradicionales con la responsabilidad interna, la que tiene que ver con las personas, que son más necesarias que nunca.

De ahí, que la Fundación esté trabajando en la promoción del voluntariado corporativo como forma de hacer partícipes de manera práctica y útil, a las personas que forman parte del grupo empresarial de su misión, visión y valores, para conectarlas e identificarlas con nuestros ejes de acción y promover así la participación en los objetivos de la Fundación.

Compromiso y retos

Este compromiso de la Fundación Magtel con su entorno y con las personas que forman parte del grupo es más importante que nunca porque en estos momentos de profunda transformación social a todos los niveles, la responsabilidad social corporativa es mucho más que un simple factor reputacional. Es, en mi opinión, un deber moral.

En la evolución de la economía tenemos un buen ejemplo. Mientras las grandes cifras, los grandes números, dicen que nuestra marcha es razonablemente positiva, también es cierto que los que afectan a la vida cotidiana, lo que se llama la “micro”, reflejan las dificultades de muchas personas y, en especial, de los más vulnerables. En este sentido, el hecho de que las políticas públicas traten de trabajar decididamente sobre ello, no hace sino dar más sentido a la acción social de las empresas para reforzar o simplemente atenderlas allí donde son insuficientes.

En la transformación tecnológica, tenemos otro. El futuro del empleo es una incógnita llena de matices acerca del aprendizaje y uso de la tecnología y, precisamente, son las personas en situación de mayor vulnerabilidad las que requieren de formación y práctica con las que tengan vías de acceso al mercado laboral. Y, por citar un tercero, en la sostenibilidad medioambiental, que va ligada estrechamente a la acción social, encontramos una serie de retos que configurarán también nuestro futuro como sociedad.

Reconocimiento obligado

Pues bien, estas reflexiones, ejes de actividad, compromisos y retos, están no solo plasmados en nuestro plan estratégico actual, sino que procuramos analizarlas y revisarlas periódicamente para ir más allá del cumplimiento de objetivos, fijándonos en que los proyectos e iniciativas que podemos apoyar con nuestros recursos respondan a este mundo en cambio y transformación constante.

Para ello, como en cada ejercicio, volveremos también a distinguir a las personas, organizaciones y entidades que más esfuerzos y compromiso vuelcan en sus iniciativas socialmente responsables. Y volveremos a hacerlo, a través de los premios que otorga la Fundación, porque forma parte del reconocimiento que merecen y del que nosotros modestamente, queremos contribuir a amplificar y difundir. Porque la responsabilidad social corporativa no es una obligación de mercado, sino una causa justa a la que las empresas deben contribuir.

Auxiliadora López Magdaleno, Presidenta de la Fundación Magtel